jueves, 27 de marzo de 2008

Otro de los espacios de la representación social del Madrid del siglo XIX era la asistencia a la plaza de toros. Era una de las principales atracciones de la época, pero también, y no menos importante, era un espacio privilegiado para la exhibición del estatus social. La nobleza, en la cúspide de la buena sociedad, ocupaba un lugar destacado en la plaza de toros, con sus palcos reservados donde las señoras lucían sus mejores galas y las noticias y chismes corrían de palco en palco. Angel Bahamonde y Luis Enrique Otero Carvajal en la biogafía del marqués de Mudela señalan al respecto, en su vejez: "En el caso del viudo, el palacio símbolo de la representación del estatus social no funciona generalmente como el espacio de la representación social; es decir, no funciona como salón abierto, lo que reduce considerablemente el gasto suntuario. El espacio de la representación social se vuelca hacia el exterior, de ahi la amplia panoplia de carruajes de Francisco de las Rivas. De hecho no renuncio a los actos sociales, bien fueran los toros, en donde se encontraba el día de su fallecimiento; la zarzuela, donde disponía de un palco en propiedad; o su asistencia a fiestas y tertulias en cafés u otros salones abiertos, como demuestran los ecos que su fallecimiento tuvo en la primera fiesta que celebró la duquesa viuda de Medinaceli en su palacio después de varios años de estar cerrado por el luto y en el que se reunió la flor y nata de la elite madrileña de la Restauración.. [la prensa de la época recogió así la noticia del óbito) víctima de una apoplejía fallecio anteayer en esta corte el señor marqués de Santa Cruz de Mudela. Hallándose en los toros se sintio mal: tomó el coche para regresar a su casa; subió a su habitación sin gran molestia, séntose en un sófa para descansar, y a los pocos segundos era cadáver".

No hay comentarios: